Pilares sobre los que debe erigirse el concepto de campus sustentable
a.- Prevención del daño ambiental: Consiste en evitar la pérdida, disminución, detrimento o menoscabo significativo inferido al medio ambiente o a uno de sus componentes. En este sentido, y ante la diversidad de posibilidades en la toma de decisiones, deben prevalecer aquéllas que protejan el medio ambiente frente a aquellas que tiendan a lo contrario, dentro de los parámetros técnicos, éticos, económicos y sociales razonables, y del uso de mejores tecnologías y técnicas disponibles. Para ello, en toda evaluación de proyectos se deberá tener en cuenta el impacto sistémico que dicho proyecto puede tener, incorporando al análisis las medidas de mitigación que puedan adoptarse.
b.- Principio de participación: Dentro del marco de los reglamentos de la universidad, debe darse el mayor espacio de participación posible a la comunidad universitaria en la toma de decisiones, de manera de otorgar legitimidad y sustentabilidad a dicha decisión en el largo plazo. En la medida de lo posible, dicha participación debe involucrar a las comunidades dentro de las cuales la universidad se encuentra inserta, cuando dichas decisiones le afecten de manera directa, esto es, de forma no percibida por el resto de la población.
c.- Principio de educación en sustentabilidad: Dentro del marco de las actividades de la universidad, y en sus diversas áreas, deben incorporarse progresivamente actividades vinculadas al desarrollo sostenible como parámetro de decisiones. La incorporación de las actividades indicadas puede hacerse de manera transversal a las actividades que se desarrollan actualmente, o bien a través de actividades específicamente destinadas a dicho fin.
d.- Principio de gradualismo: Muchas veces las tecnologías limpias disponibles, o bien no se encuentran asentadas, o bien resultan económicamente inaccesibles, o desproporcionadas con respecto al fin perseguido con su incorporación. Por tanto, y dentro del marco de las posibilidades económicas de la universidad, se deben incorporar gradualmente aquellas tecnologías que resulten más compatibles con la protección del medio ambiente.
e.- Utilización de las mejores técnicas disponibles: Consiste en la fase más eficaz y avanzada de desarrollo de las actividades y de sus modalidades de explotación, que demuestre la capacidad práctica de determinadas técnicas para evitar o reducir en general las emisiones y el impacto en el medio ambiente y la salud de las personas. Para su implementación, se deben considerar los costos y beneficios, la utilización o producción de ellas en el país, y el acceso en condiciones razonables que la universidad pueda tener.
f.- Principio de precaución: Dentro de los parámetros reconocidos en la Declaración de Rio de 1992, y con el fin de proteger el medio ambiente, la universidad deberá aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no podrá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.